La narración está guiada por los protagonistas de esta tragedia, a través de sus rostros y sus voces dirán su historia con diferentes emociones, la mayoría cargadas de dolor, pero con la esperanza que siempre guarda un niño en lo mas profundo de su corazón.

“Es desgarrador lo que se vive en La Guajira. Nosotros estuvimos visitando a las comunidades Wayuú de Cabo de la Vela y realmente se nos rompió el corazón al ver y escuchar la vida de esta gente. Los niños, al vernos, no nos pidieron ni juguetes ni dinero, ¡nos rogaron por un poco de agua potable! Los chicos están deshidratados, desnutridos porque no hay de comer, y sin educación porque no hay escuelas cercanas en esta parte del desierto; las familias súper pobres porque hace años que no llueve en el desierto y no pueden sembrar y hasta están endeudadas porque tienen que pedir prestado para poder viajar a atenderse en los hospitales. Hasta los animales de los que solían vivir, como los chivos y las cabras, están flacuchos y moribundos… Y lo peor es que mientras que veíamos todo esto, de fondo vislumbrábamos a los trenes llevándose todas las riquezas que les pertenecen, como el carbón…”, agregó la periodista y productora Natalia.

Además contó que murieron casi 5 mil niños por falta de comida y agua y que más de 300 eran menores de cinco años. “Nadie se hace cargo. Por eso queremos que todo el mundo se entere de este conflicto, en el que los inocentes encuentran la muerte por culpa de una sociedad indiferente que decidió dejarlos en el olvido”.